Canto de Iramma

Ilustração de uma mulher abraçando um peixe.

Esto pasó así.

Decían las abuelas de antes que sabían cortar lengua para cantar las historias. Ellas decían que antes, todos los Añuu eran dueños de sus nombres que siempre venían de aquellos compañeros animales antes de que Luna con su soplo, los convirtiera en gente.

Por eso, unos eran llamados Looro porque venían de los peces Roncadores, otros se apellidaban Keiwi porque venían del Caimán; otros venían de los peces Kotí o de las sardinas Samonka, y esos eran sus nombres verdaderos, porque lo de llamarse Jesús, María o José vino muchísimo después, con la llegada de los Ayouna blancos.

Todos eran fieles a sus nombres y lugares en el agua.

Pero, entre todos los transformados en gente por el soplo de Luna, hubo una niña que venía del linaje del Pou (el Pámpano). Ella era su muy favorita de Luna pues, sobre ella sopló con tanto amor, que Pou tomó su rostro y figura y también su poder.

Así creció Pou con el poder de transformarse en cualquier otro animal durante las noches, y como tenía mucha curiosidad de aprender ella se cambiaba en el animal que fuera para salir a conocer sus vidas y lugares. Alguna noche le daba por ser como las Walua-Babillas, o ser un Karawiwa-Chigüire, una Nutra-Perro de Agua y hasta Zorro Mapache. Ella podía estar en el agua, en la selva del manglar o en los pantanos, porque Pou era justo como la Luna: tenía el poder de cambiar.

Ilustração Canto de Iramma. Criança no centro, com um peixe nadando ao seu redor.

Las ilustraciones fueron realizadas por Dayana Güendulain Romero y Lucho Morales.

Ese era el tiempo en que no había tiempo y los Añuu podían ser eternos.

Más, una noche, Pou quiso atravesar a la otra orilla del río para ver qué había en el monte que veía diferente a la selva del manglar, Pou se transformó en Madre de Agua y, así, nadó ondeando su cuerpo y al llegar justo a la orilla del monte, vio asombrada a un muy bello animal de pelambre café brillante, con algunas motas blancas como de algodón. El animalito miraba muy atento a todos lados al que apuntaban sus orejas peludas, como nervioso de no ser visto.

Cuidadoso, se aproximó a la orilla del río, bebió dos sorbos de agua cristalina y, apenas el chasquido de un pequeño grillo lo hizo correr dando grandes saltos hasta perderse en el bosque.

Entonces, Pou no dudó en que la próxima noche, ella se transformaría en ese animalito que serpenteado por los rayos de Luna, brillaba en sus saltos dejando una estela de estrellas como de luciérnagas en la oscuridad.

Dejando su cuerpo de Madre de Agua, Pou volvió a ser niña y se fue a dormir pensando en lo maravilloso que sería su próxima transformación. Sin embargo, Luna descubrió en su sueño su deseo y en susurros le habló advirtiéndole:
Ese que viste es un venado, no es nombre de agua sino de la tierra. Debes tener cuidado con lo que sueñas…

El susurro de Luna pareció despertarla.

Todo ese día Pou lo pasó esperando llegara la noche para su nueva aventura.

Llegó la noche y a pesar de que Pou buscó ver a Luna brillando, no la encontró pues, ese era el tiempo en que Luna mira hacia el otro lado del mundo.

Aún así, Pou no desistió de su deseo y comenzó a transformarse en venado. Vio cómo su cuerpo se hincaba en cuatro patas finas y ligeras pero firmes; cómo crecía el pelambre café muy claro y brillante y cómo brotaban las motas de nube blanca que surgían en su cuerpo como gotas de rocío, y sus orejas crecieron peluditas, y atentas a todos los sonidos de la noche.

Entonces echó a correr por entre el monte en saltos que le hacían sentir como que volaba. Así corrió y corrió con gran velocidad, apenas tocando el suelo, soplando el pasto con sus saltos. Pou estaba muy feliz.

De pronto, miró hacia atrás y vio que muy lejos estaba de la orilla del río del que ya no escuchaba el rumor y entonces quiso regresar. Pero, sus orejas le advirtieron de que algo se movía entre la maleza. Fijó su mirada hacia el lugar de donde provenía apenas el lento quiebre de las hojas y pudo ver como dos brillantes círculos de fuego que la observaban. Eran los ojos de Kareira-El Tigre que, por las noches, sale a buscar comida en el bosque. Sin saber de qué se trataba, Pou voló en su cuerpo de venado internándose mucho más en ese monte.

Cuando cansada detuvo su carrera, ya casi estaba por amanecer; entonces Pou, aterrada, decidió esperar para con la luz de Sol, intentar encontrar el camino de regreso. Y así fue. No más salir Sol, Pou comenzó a caminar muy atenta a todos los ruidos del monte. Pero, era muy difícil detectar los peligros, porque muchos son los pájaros que cantan, los monos que chillan y todo parecía sonar en su camino de vuelta.

Vio Pou una vereda clara y a lo lejos, pudo escuchar el rumor del río cuando su corriente choca con las piedras de su camino. Contenta, Pou enfiló por esa vereda y, de pronto, escuchó susurros de voces humanas y Pou se paralizó de miedo. Quiso volver a su cuerpo de niña pero ya era de día y ella sólo podía transformarse durante la oscuridad de la noche.

Los hombres ya la habían visto. Era un par de hombres wayuu que andaban de cacería. Pou quiso hablarles, quiso decirles que ella era en verdad una niña Añuu perdida en el monte en su cuerpo de venado; pero ellos no entendieron su lengua. Entonces, Pou ocultó su mirada detrás de un gran árbol y, al hacerlo, vio que de su vista los hombres desaparecieron y sintió alivio pues, si ella no les veía de seguro, ellos tampoco podían verla.

Pero los guerreros wayuu sí que veían su cuerpo mientras ocultaba su mirada tras el árbol y entonces, lanzaron sus flechas.

Ilustração Canto de Iramma. Um veado pasta em árvores. Um homem aponta uma flecha contra o veado

Las ilustraciones fueron realizadas por Dayana Güendulain Romero y Lucho Morales.

Las abuelas dicen que Luna sintió en su corazón el gemido de Pou, y a pesar de que ya Sol iluminaba el otro costado del mundo, Luna se asomó y vio caer su cuerpo y de inmediato, sopló sobre ella. Pou en su cuerpo de venado abrió sus ojos y soltó su aliento, que como una nube fue tomando la forma de niña que aspirada por Luna, subió hasta el cielo desde el que sus ojos, bien abiertos y alegres, miran toda la tierra.

Desde entonces, Pou se convirtió en Iramma, La que mira la tierra. Ella camina por el firmamento siguiendo el camino del caminar del mundo y, cuando sus ojos aparecen en la noche de nuestro cielo, los Añuu sabemos que ha llegado el tiempo de Iimma, es decir, que la Tierra va a cambiar porque ha dado una vuelta completa en su caminar, y que un tiempo se ha terminado porque otro está por comenzar.

Así nació el tiempo para todos los hombres y por eso, tanto Añuu como Wayuu también tendrían un final para sus vidas pues, la muerte de Pou puso fin a su eternidad.

GLOSARIO

Añuu: Es el nombre que a sí mismo se da el pueblo que habita las aguas del Lago de Maracaibo y algunos de los ríos afluentes del mismo lago. Sus casas construidas sobre las aguas hizo pesar a los conquistadores europeos en la Venecia europea, pro como se trataba de casas de paja la llamaron “Veneciazuela” y desde entonces ese se convirtió en el nombre colonial del país que ahora todos conocen como Venezuela. La palabra Añuu la traducimos como gente y también como “los que emergen del agua”.

Ayouna: Es la palabra o nombre con que los Añuu nombran a los Extranjeros o criollos no nacidos de una mujer Añuu. Ayouna puede ser traducida como: “Ellos llegan”, o mejor: “Los Allegados”.

Cortar Lengua (Ookota Jounükü): Para los Añuu no existe el verbo “Hablar” pues, para nosotros “hablar” es “cortar lengua para compartir palabras, ideas, sueños, etc. Por eso, cuando queremos referirnos a una persona que conoce o habla la lengua o idioma propio se dice que sabe “Cortar lengua” pues, es capaz d compartir el pensamiento de su corazón cortando como un pastel las palabras en su boca.

Iima: Con esta palabra, tanto el pueblo Añuu como el pueblo Wayuu designan a un “Año nuevo”; pero en verdad, la palabra lo que dice es: Ii- (que significa cambio, transformación), y, -Mma (que significa Tierra, Mundo). Por eso, Iimma lo que ciertamente significa es: “La Tierra cambia o el Mundo cambia” para referirse al fin de un ciclo en la vuelta de la Tierra alrededor del Sol y el comienzo de un nuevo ciclo o nuevo año.

Iramma: Para los Añuu, es el nombre de una constelación de estrellas que aparece normalmente a finales del mes de diciembre (28 o 29 de diciembre), los astrónomos la llaman Las Pléyades, y que pueden verse en los cielos de la Laguna de Sinamaica durante 12 días (del 28 o 29 de diciembre hasta el 5 o 6 de enero). Esos 12 días corresponden a un No-Tiempo entre el fin de la vuelta de la Tierra y el comienzo de su nueva vuelta alrededor del sol. Para los wayuu Iramma es el nombre del Venado cuyas crías, en esa misma época, s independizan de sus padres y comienzan a explorar y construir su propio territorio.

Karawiwa: Es un animal perteneciente a la familia de los roedores. Vive en zonas pantanosas o cercanas a los manglares. Se encuentra en muchos países de Nuestra América y por eso recibe diferentes nombres en cada uno de ellos. En Venezuela, por ejemplo, en la región de los Llanos le llaman Chigüire, pero en la región occidental le llaman Piro Piro; mientras que en Colombia y en la región de la Amazonía le llaman Capibara, y en otros países le dicen Carpincho. El pueblo Añuu en su propia lengua le llama Karawiwa.

Keiwii: Es el nombre que dan los Añuu al Caimán (Jacaré) o Cocodrilo. La palabra Keiwii puede ser traducida como: El que tiene el espíritu del Agua.

Kotí: Se trata de un pez de agua dulce, es decir, de los ríos del trópico. Aunque pertenece a la misma familia del pez que llamamos Bocachica, el que consumimos en gran cantidad a pesar que requiere ser cortado de una forma muy finamente particular pues, posee muchas espinas que sólo pueden ser minimizadas para poder consumirlo, por la forma en que debe ser cortado haciendo incisiones muy finas y unidas alrededor y, a ambos lados de su cuerpo. Esto no es posible hacerlo con el Kotí. Las abuelas dicen que esto se debe a que el Kotí fue el primer hombre que nació al mundo, cuando la Luna decidió convertirlo en gente, en Añuu.

Looro: Nombre Añuu para el pez que habita en muchos ríos de Nuestra América y que en la mayoría de nuestros países se conoce como pez Robalo. Nos gusta comer Robalo porque en su temporada pueden ser muchos, y mucho más grandes en tamaño que las Bocachicas y, sobre todo, tienen menos espinas.

Madre de Agua: En lengua Añuu se dice: Uunwiin, que significa exactamente: Madre de Aguas. Se trata de una serpiente del tipo constrictora, es decir, que consume piezas a las que luego de atraparlas, enrosca totalmente con su cuerpo y luego se estira al punto de romper todos los huesos de la víctima a la que luego engulle valiéndose de los cientos de dientes que posee y que ayudan a tragar el cuerpo de animales que pueden llegar a sr tan grandes como pequeños becerros, venados, entre otros; por eso, en algunos lugares de Venezuela y Colombia se la conoce como “Tragavenado”, mientras que en otras regiones de la Amazonía la llaman Anaconda. No es venenosa, y puede alcanzar hasta los 7 metros de largo. Al alcanzar ese gran tamaño, cambia su vida terrestre y prefiere vivir bajo las aguas donde adquiere mayor movilidad. Para los Añuu, se trata de hijas de la Luna, que ésta envió para que con su cuerpo enroscado cubrieran hoyos del mundo y, así, las aguas no pudieran escapar y de esa forma se crearan las lagunas que es el lugar preferido para vivir de los Añuu.

Nutra: Más conocida como Nutria, pero también como Perro de Agua. Vive en familias extendidas entre los manglares. Se alimentan de peces que capturan aún debajo del agua porque, a pesar de ser mamíferos, son grandes nadadores y buceadores. Algunos les llaman “Perros de Agua” porque emiten un sonido similar al ladrido de los perros. Como siempre andan en grupo o grupos de familias, se defienden con valentía y hasta los grandes cocodrilos les temen pues, si los caimanes se descuidan, pueden ser presas del ataque colectivo de las Nutras que así los convierten en alimento para sus familias.

Pou: Llamado por los Ayouna como Pámpano, es un pez de agua dulce, es decir, de ríos o lagunas. Familia de la Bocachica pero cuyo cuerpo se caracteriza por ser casi totalmente redondeado y de color totalmente plateado. Sus aletas dorsal y ventral se alargan de tal manera, que adquiere la forma de la Luna en todas sus fases: llena, menguante y creciente; por eso, para los Añuu, Pou es la Luna en las aguas y como consideran a la Luna como la Gran Madre de la gente del agua es por lo que, cuando un pescador Añuu captura en sus redes a un Pou, de inmediato lo devuelve a las aguas pues, esto quiere decir que la Luna está de su lado en la pesca y lee irá bien o, si es soltero, de seguro encontrará una esposa.

Samonka: Es el nombre añuu para las Sardinas, el mismo proviene de la imagen que en el momento de su captura, por ser tantas y siempre unidas en su color blanco-plateado, provoca en la mente de los añuu la idea que se trata de “Leche derramada”.

Waluá (Babilla): Se trata de un familiar del Caimán (Jacare) o Cocodrilo, sólo que no adquiere el tamaño o dimensión de sus parientes. Podríamos decir que se trata de un pequeño caimán no mayor al metro y medio o un poco más. Es muy apetecido por los Añuu especialmente por su cola donde se concentra su carne; pero hay que saber cazarlo porque además de escurridizo igual posee unos muy afilados dientes con los que pueden desgarrar a un cazador distraído.

Zorro mapache o zorro lavamanos: En lengua Añuu se dice Chapurai. Los criollos le llaman zorro lavamanos porque este inquieto animalito que vive en la selva del manglar y se alimenta de pequeños peces, cangrejas y camarones, siempre, luego de comer su presa va a la orilla del agua y se lava las manos, las huele y las vuelve a lavar hasta que a su parecer, desaparece el olor de aquello que ha comido. Puede sr muy violento pero hay quienes han llegado a domesticarlos como a una mascota muy cariñosa y traviesa.

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